25 Y ahora, Yahveh Dios, mantén firme eternamente la palabra que
has dirigido a tu siervo y a su casa y haz según tu palabra.
26 Sea tu nombre por siempre engrandecido; que se diga: Yahveh
Sebaot es Dios de Israel; y que la casa de tu siervo David subsista en tu
presencia,
27 ya que tú, Yahveh Sebaot, Dios de Israel, has hecho esta revelación
a tu siervo diciendo: “yo te edificaré una casa”: por eso tu siervo
ha
encontrado valor para orar en tu presencia.